¿Cómo afecta la COVID-19 a los pacientes con EPOC?
La COVID-19 ha demostrado ser una enfermedad muy contagiosa que se manifiesta de diferentes maneras: en unos casos puede ser asintomática, en otros, muestra síntomas similares a una gripe leve, o puede llegar a causar una neumonía bilateral grave. Del mismo modo, las secuelas de la enfermedad son variadas, y en algunos casos se pueden prolongar en el tiempo causando fatiga, alteraciones cardiacas, pérdida de olfato, problemas de concentración, etc.1
Al inicio de la pandemia, daba la impresión de que los pacientes con EPOC no parecían estar muy representados entre los casos con COVID-19 grave, pero recientemente se ha visto que sí hay una mayor frecuencia de pacientes de EPOC entre los diagnosticados con COVID-19 y además pueden presentar un peor pronóstico1: los pacientes con EPOC tienen un riesgo cinco veces mayor de sufrir una infección grave por coronavirus. Por tanto, es muy importante que los pacientes respeten escrupulosamente las medidas preventivas y de esta forma estar protegidos contra el virus SARS-CoV-22.
Los pacientes de EPOC pueden tener dudas ante determinados síntomas y no saber si están contagiados de COVID-19 o si se trata de una exacerbación: en caso de estar infectados por SARS-Cov 2, se presentarán síntomas como fiebre, disnea, tos improductiva, dolor abdominal, diarrea, dolor muscular3.