En España, el asma afecta aproximadamente al 5 % de la población adulta y al 10 % de los niños, aunque la frecuencia varía bastante entre áreas geográficas, con un mayor predominio en zonas de costa. Esta variación depende de factores hereditarios, del medio ambiente y de las características sociales.
Entre sus características, destacan:
1. La hiperrespuesta bronquial
Por la que se produce un estrechamiento de los bronquios ante estímulos que son inofensivos en las personas sanas (olores, humos, lacas, aire frío, etc.) y que es causa de síntomas intermitentes. Hay situaciones que pueden dar lugar a un estrechamiento más intenso, desencadenando más síntomas o una crisis de asma, como ocurre con la exposición a alérgenos (polen, ácaros, contacto con animales, etc.), aire frío, irritantes ambientales o por algunos tratamientos
2. La variabilidad
Se entiende como la variación que tienen sus síntomas y la función pulmonar a lo largo de los días, incluso en un mismo día. Esta variación se observa en los resultados de la espirometría, una prueba que mide la función pulmonar y nos dice cómo de abiertos o cerrados están los bronquios.
¿Cuáles son los principales síntomas del asma?(1)
Los principales síntomas del ama son:
- Ahogo o dificultad para respirar, también llamada disnea.
- Tos repetitiva y habitualmente seca.
- Pitidos o ruidos en el pecho, denominados sibilancias, producidos al salir el aire a través de los bronquios estrechados por la inflamación.
- Opresión o sensación de tirantez en el pecho.
Estos síntomas pueden cambiar de unas personas a otras y ser variables en el tiempo. Suelen aparecer con más frecuencia al realizar esfuerzos, por las noches, con los catarros o en ciertas estaciones del año. Ninguno de estos síntomas es específico del asma, por lo que será necesario incorporar pruebas de función pulmonar para llegar a un correcto diagnóstico.
¿Qué son los fenotipos del asma?(1)
En los últimos años se habla de fenotipos para referirse a ciertos grupos de pacientes con asma que tienen unas características clínicas o inflamatorias similares, y que podrían beneficiarse de tratamientos específicos, aunque todavía sigue siendo un tema en constante investigación. En el ámbito del asma infantil los fenotipos más utilizados son “sibilancias precoces transitorias”, “sibilancias persistentes no atópicas” y “sibilancias de tipo tardío atópicas”, aunque se precisan más estudios para conocer mejor su repercusión clínica.
¿Cuáles son los niveles de gravedad del asma?(2)
El nivel de gravedad del asma no es permanente, sino que puede cambiar a lo largo del tiempo. Estas variaciones hacen que haya que ajustar periódicamente el tratamiento a las características particulares de cada etapa y cada paciente. Los empeoramientos del asma o crisis pueden aparecer tanto en las personas con asma moderado y grave, como en las que tienen un grado más leve de la enfermedad. Según el nivel de gravedad del asma, lo podemos dividir en:
- Asma intermitente
Síntomas no más de dos veces por semana. No tienen brotes y su nivel de actividad no se ve afectada. Los síntomas nocturnos se producen menos de dos veces al mes. No suelen usar el medicamento de alivio, como mucho una o dos veces por semana.
- Asma leve persistente
Síntomas más de dos veces por semana, pero no a diario. Su nivel de actividad puede verse afectado por los brotes, pero estos se producen, como mucho, una vez al año. Los síntomas nocturnos se producen más de dos veces al mes, pero no más de una vez por semana. Usan el medicamento de alivio más de dos veces por semana, pero no a diario.
- Asma persistente moderado
Síntomas todos los días. Usan su medicamento de alivio todos los días y su nivel de actividad puede verse afectado por los brotes. Los síntomas nocturnos se producen con mayor frecuencia que una vez por semana.
- Asma grave
Síntomas varias veces al día. Experimentan un descenso de su actividad física y tienen brotes frecuentes. Los síntomas nocturnos se presentan con frecuencia. Usan el medicamento de alivio más de una vez al día.
¿Cómo se mide la gravedad de una crisis?(1)
Las crisis se clasifican en leves, moderadas o graves.
- En las leves las molestias son poco intensas, pueden aparecer con las actividades de la vida diaria, pero no impiden realizarlas. Se produce una pequeña caída de la función pulmonar.
- En las moderadas, las molestias son más intensas e impiden realizar algunas actividades habituales, incluso pueden aparecer sin hacer nada, sobre todo por la noche. La caída de la función pulmonar es mayor que en las leves.
- En las graves, las molestias aparecen en reposo, incluso impiden hablar con normalidad. La caída de la función pulmonar es todavía mayor. Ocasionalmente, son tan graves que hacen que los labios se pongan azules y que el nivel de conciencia disminuya.
¿Cuáles son los factores que influyen en el asma?(1)
Para padecer asma se debe de tener una predisposición genética, además de haber estado expuesto a diferentes estímulos medioambientales:
En el asma hay unos factores de riesgo, que favorecen o son la causa de padecer la enfermedad. Entre ellos está el componente hereditario, que explica que un alto porcentaje de personas que padecen asma tengan algún familiar directo que también la sufran o la hayan sufrido. Un niño cuyo progenitor padece asma tiene mayor probabilidad de padecer la enfermedad, que aumenta si la sufren tanto el padre como la madre.
Otros factores de riesgo que aumentan la probabilidad de tener asma son: el fondo o predisposición alérgica, la obesidad, la rinitis, los relacionados con la etapa del nacimiento (nacimiento prematuro, nacimiento por cesárea, tipo de lactancia, dieta o tabaquismo de la madre) y también los factores ambientales (alérgenos, infecciones respiratorias, ser fumador activo o pasivo).
Existen también unos factores desencadenantes que son los responsables de que aparezcan los síntomas y el empeoramiento del asma como son la contaminación ambiental o en el trabajo, el humo del tabaco, los cambios climatológicos como el frío o calor intensos, las emociones (risa, llanto, pánico, etc.), el ejercicio, las infecciones respiratorias y la ingesta de algunos medicamentos.
Asma en la edad pediátrica
El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia y en la adolescencia en muchas partes del mundo, incluida España(3).
En países desarrollados, el asma supone un problema de salud pública de gran magnitud porque disminuye la calidad de vida los niños y sus familiares. También supone elevados costes sociales y sanitarios. Además, se asocia a una importante discapacidad en la edad pediátrica porque afecta a las actividades diarias, aumenta el absentismo escolar, disminuye la práctica deportiva y requiere un mayor uso de los servicios de salud. En el ámbito familiar conlleva sobrecargas físicas, emocionales y económicas(3,4).
En los primeros cinco años de vida, la tos y la disnea suponen un porcentaje elevado del total de consultas pediátricas. Concretamente, en los dos primeros años, más de un tercio de los niños han presentado sibilancias en alguna ocasión, resultado recurrentes en casi en un 20% de los casos(5,6).
En el asma pediátrica se definen dos patrones principales: asma episódica o asma persistente. Lo más común es que sea episódica. Su nivel de gravedad depende fundamentalmente de los síntomas (número de las crisis, situación entre crisis, tolerancia al ejercicio y síntomas nocturnos), así como de la necesidad de broncodilatador de rescate y de los valores de la exploración funcional respiratoria.
El asma en el embarazo
En torno al 4-7% de las embarazadas padecen asma. Un 20% de ellas sufren agudizaciones durante este periodo precisando de ingreso hospitalario en un 6% de los casos. Estas cifras aumentan en embarazadas diagnosticadas de asma grave(8).
El miedo de la madre e incluso del médico que la atiende ante el uso de medicación para el control del asma durante el periodo gestacional suele ser una de las causas de estas agudizaciones. Sin embargo, es importante destacar que, por lo general, los medicamentos para el asma que se utilizan durante el embarazo son seguros y el abandono de la medicación suele generar más riesgos para la madre y el feto.
Es recomendable que los equipos de Atención Primaria la continuidad del tratamiento en las mujeres asmáticas embarazadas y llevar un seguimiento periódico del control del asma en la paciente. En caso de detectarse un empeoramiento de los síntomas, se ha de derivar al especialista en patología respiratoria.
¿Tiene el asma bajo control?(1)
Una forma muy operativa de clasificar a las personas con asma es saber si lo tienen bajo control o no.
Controlar el asma significa poder hacer vida normal. Es decir, realizar las actividades habituales sin apenas tener síntomas (ni de noche, ni de día), hacer esfuerzo físico o deporte sin limitaciones y no tener que perder días de clase o trabajo.
Según el grado de control, se clasifica a las personas con asma en aquellas que lo tienen bien controlada, parcialmente controlada y no controlada.
Las visitas médicas regulares de seguimiento son necesarias para tener el asma bajo control y, algo fundamental, confirmar que los tratamientos se siguen de forma adecuada (adherencia terapéutica).
Gravedad y control del asma son aspectos diferentes. El control refleja que el tratamiento es apropiado a la gravedad, de manera que las manifestaciones del asma están completamente ausentes o son muy escasas. Por tanto, la gravedad del asma se determina según la cantidad de tratamiento necesaria para mantener el control.
¿Cuáles son las necesidades del paciente con asma?(2)
El objetivo principal del tratamiento del asma es mantener el control de la enfermedad lo antes posible, prevenir las complicaciones y la obstrucción crónica. Estos objetivos suelen alcanzarse en la mayoría de los pacientes con un tratamiento adecuado.La adherencia del paciente a su tratamiento es un factor crítico para alcanzar y mantener el control de la enfermedad.
Para ello, el especialista planteará una estrategia global e individualizada, basada en el tratamiento farmacológico óptimo acompañado de medidas de supervisión, control ambiental y educación sobre la enfermedad.
El tratamiento farmacológico debe ajustarse según el nivel de control teniendo en cuenta aspectos como las opciones terapéuticas más efectivas, su seguridad, el coste de las distintas alternativasy la satisfacción del paciente.
Es necesaria una evaluación periódica del paciente para determinar si se cumplen los objetivos. Debe evitarse la inercia terapéutica, no solo por parte del paciente, sino también del profesional y del sistema sanitario.
REFERENCIAS:
Gema para pacientes. Recomendaciones sobre asma. Disponible en:https://www.gemasma.com/pacientes/
GuiaEspañola para el Manejo del Asma (GEMA 4.4) Disponible en gemasma.com (Consultado: 07/04/2020)
Garcia Merino A, Praena Crespo M. El impacto del asma en la infancia y la adolescencia. En: AEPap (ed). Curso de ActualizacionPediatria 2013. Madrid: Exlibris Ediciones; 2013. p.257-65.
The Global Asthma Report. The Burden of Asthma; 2014 [Internet]. Disponible en: http:// www.globalasthmareport.org/burden/burden.php [acceso 5 de marzo de 2018].
Ubeda-Sansano MI, Praena-Crespo M, Castillo-Laita JA. Sibilancias recurrentes/asma en los primeros años de vida. Manejo en atención primaria. Documentos técnicos del GVR (publicación DT-GVR-4). Disponible en: http://www.respirar.org/index.php/grupo-vias-respiratorias/ protocolos
Alvarez-Alvarez I, Nui H, Guillen-Grima F, Aguinaga-Ontoso I. Meta-analysis of prevalence of wheezing and recurrent wheezing in infants. AllergolImmunopathol (Madr). 2018; 46: 210-7.
Gluck JC, Gluck PA. The effect of pregnancy on the course of asthma. ImmunolAllergy Clin North Am. 2006; 26: 63-80.